No a los campos de tiro

Más de 700 campos de tiro en el Estado Español

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El vídeo de Francisco Borja J. B. –el ex legionario que antaño realizó labores de seguridad para la formación de Santiago Abascal– se grabó en la Armería Deportiva Lince (Málaga). Es, teóricamente, una de las 777 instalaciones de tiro privadas – entre galerías, campos y polígonos – que hay en España.

Estos espacios, a tenor de la información proporcionada a este medio por la Intervención Central de Armas y Explosivos de la Dirección General de la Guardia Civil, se reparten así: Galicia (31), Asturias (22), Cantabria (3), País Vasco (26), La Rioja (7), Navarra (13), Aragón (45), Cataluña (100), Castilla y León (52), Madrid (33), Castilla la Mancha (89), Comunidad Valenciana (101), Murcia (21), Extremadura 52, Andalucía (151), Islas Canarias (18), Baleares (13) y Ceuta y Melilla (0).

En España, según el Anuario de Estadísticas Deportivas del Ministerio de Cultura y Deporte, en 2018 había 317.065 federados en caza (314.611 hombres y 2.454 mujeres), eran 335.754 en 2014; 1.947 en tiro al vuelo (1.823 hombres y 124 mujeres), 1669 en 2014, y 48.919 en tiro olímpico (44.410 hombre y 4.509 mujeres), 54.261 licencias en 2014.

Las características de las galerías y los campos de tiro, en cuanto al espacio para el tirador, separación entre los mismos, protecciones, puertas, iluminación, etcétera, se explicitan en el anexo del Real Decreto 137/1993, de 29 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Armas. En cuanto a los polígonos de tiro, han de estar integrados, como mínimo, por dos campos de tiro, dos galerías de tiro o un campo y una galería de tiro.

Quien quiera poner en marcha cualquiera de estas instalaciones, tendrá que pedir una autorización a la Intervención Central de Armas y Explosivos de la Dirección General de la Guardia Civil. En 2019 recibieron 49 solicitudes. Se debe adjuntar un certificado de antecedentes penales del peticionario –si es persona física– o del representante –si es persona jurídica–; certificación del acuerdo de instalación; memoria o proyecto y plano topográfico (escala 1:50.000), con algunas especificaciones como el lugar, las dimensiones, técnicas de construcción, medidas de seguridad, modalidades de tiro a practicar o condiciones de insonorización –en el caso de las galerías–.

Por añadidura, será preciso el informe favorable de la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa y del órgano correspondiente del Ministerio de Industria. La Dirección General de la Guardia Civil comunicará al Ministerio de Defensa las autorizaciones concedidas.

Muchas inspecciones, pocas sanciones

El administrador de GTS Electrónica S. L. explica que reciben inspecciones periódicas, y que hay un límite de munición que se puede vender por persona: se anota en un libro de registro y se presenta a la Guardia Civil. No obstante, indica, no pueden estar todos los días en todos los sitios: “si yo cierro la galería y me pongo a hacer el tonto nadie se entera. Para evitar eso, nosotros tenemos un sistema de grabación permanente para que quede constancia 24 horas del uso que se hace de la galería”.

Corrobora estas palabras Pedro José Tejero: “Nos controlan hasta la munición que vendemos, y como falte una bala ya tenemos lío. Recibimos inspecciones periódicas y vienen sin avisar”.

La competencia sancionadora para este tipo de instalaciones, informan desde la Guardia Civil, es de las delegaciones de gobierno desde 2015. Las Intervenciones de Armas y Explosivos pueden proponer para sanción por incumplir las medidas de seguridad exigidas por el Reglamento, pero es la delegación quien acaba interponiendo la denuncia.

La Marea se ha puesto en contacto con todas las delegaciones del Gobierno de España para conocer el número de sanciones interpuestas en los últimos cinco años. En el momento de la publicación de este artículo, nueve habían dado una respuesta: Madrid (una sanción), Castilla-La Mancha (una), Aragón (una), Baleares (una), Cantabria (cero), Valencia (cero), Navarra (cero), Asturias (cero) y Castilla y León, desde donde afirman que no pueden filtrar para saber el número de sanciones de este tipo de instalaciones.

España: 1,4 millones de licencias y 2,7 millones de armas

Existen varios tipos de licencias de armas: B (pistolas y revólveres), C (armas para vigilancia y guardería), D (armas largas rayadas para caza mayor), E (armas para tiro deportivo y escopetas de caza), F (armas para uso en campos, polígonos y galerías de tiro), AE (Armas de avancarga, antiguas o históricas y de Flobert), AEM (autorización especial de uso de armas para menores), L (coleccionistas) y Te (Tarjeta europea).

Actualmente, según la Intervención Central de Armas y Explosivos, hay 1.4141.747 licencias (entre B, D, E, F y AE) y 2.711.942 armas, ya que hay permisos que facultan para tener más de una. Teniendo en cuenta las ocho variedades de permisos, y tomando los datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior, entre 2010 y 2018 se concedieron 2.812.487, se denegaron 49.466 y se dieron de baja 230.834. La E es siempre la más solicitada.

Para pedir una licencia, además de la documentación requerida por cada tipo de arma, los interesados deberán acreditar la posesión de las aptitudes psíquicas y físicas adecuadas (mediante el correspondiente informe de aptitud) y los conocimientos necesarios sobre conservación, mantenimiento y manejo de las armas.

Vox, en nombre de la “legítima defensa”, reclamó una suerte de réplica patria del sistema norteamericano de uso y tenencia de armas. Lo que fue muy aplaudido por la Asociación Nacional del Arma de España (Anarma).

Su postura, aunque con diferentes matices, no es compartida, obviamente, por los grupos antimilitaristas ni tampoco por los sindicatos de las FFCCSE. Pedro Carmona, portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), no estima necesario que, por la vía de la defensa propia, la gente pueda usar una pistola y llevarla por la calle. Califican la legislación española como de “muy restrictiva”.

Es una de las “mejores normativas” de Europa, dice Juan Antonio Delgado, “aunque se puede hacer más, por supuesto”. También lo cree el presidente del Club de Tiro de Zaragoza: “Es una de las más exigentes de Europa, aunque en algunos aspectos no debería ser tan restrictiva. De todas formas, es bueno que haya un control sobre las armas, porque se pueden usar para lo que no se debe.

Enrique Quintanilla, de Desarma Madrid, aboga por la prohibición completa: “Hay muchos subterfugios que se deberían regular”. A una sociedad sin violencia aspiran en el Grup Antimilitarista Tortuga: “Tan importante es que no proliferen las armas privadas, como que se retiren las institucionales. Es injusto que se ponga el acento en que en Estados Unidos dejan comprar armas. Aquí también tenemos policías que pegan palizas en comisarías, y hay armas, pero sólo las tienen algunos”.


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